Pero... Os habéis parado a pensar si os ponéis el adecuado, o por el contrario parecéis Heidi??.
Un toque de color en tus mejillas, es fundamental para conseguir el efecto "buena cara", dar luminosidad al rostro, disimilar el cansancio acumulado, o modelar tu rostro. Para ello, debes escoger el color más acorde a tu tono de piel, y aplicarlo de la forma correcta.
Te enseñamos como acertar con tus mejillas.
Lo primero que tienes que hacer, es elegir el color.
Si tienes la piel muy clara, los colores melocotón son los que mejor van a combinar con tu rostro, aunque este tono de piel admite cualquier color, apuesta por los peach muy de moda esta temporada.
Para pieles claras, pero no en extremo, los tonos rosa son los más favorecedores, aunque nos encontramos en el mismo caso que las anteriores, cualquier color se ajusta a su tonalidad de piel.
Las pieles oliva, como las de Eva Mendes o Eva Longoria, son las más agradecidas por su tono tostado, pero para resaltar el color tienes que atreverte con pigmentos rosas más intensos.
Y para finalizar con la elección del color, las pieles oscuras como la de Rihanna o Beyoncé, o algunas pieles pasadas de vuelta con el sol, debéis optar por colores fucsias, naranjas y rojos.
Elegido el color, pasamos a elegir la textura, los hay en polvo, crema, gel, adaptables...
Los coloretes en polvo son los más clásicos. Se aplica con brocha y es de duración larga. Es el producto más recomendado para pieles grasas.
Los blush en crema, al contrario que el anterior, son ideales para pieles secas, ya que aportan jugosidad e hidratación al rostro. Dan un acabado muy natural y saludable, se aplica muy fácilmente con los dedos.
Los coloretes en gel y tinte líquido, tienen un resultado espectacular, tiñen la piel ligeramente, dándole jugosidad y un color radiante de larga duración. Sin el acabado empolvado de los tradicionales. El inconveniente es a la hora de aplicarlo, se pone muy poca cantidad, hay que trabajarlo en el rostro rápidamente y difuminarlo muy bien (con los dedos) para que no quede "corte".
Por último encontramos en el mercado, entre los miles de productos, coloretes en mousse, espuma o cremas que adaptan su PH al tono de la piel para obtener un color natural y personal en cada una. Estudiado el color de nuestra piel y el del colorete.
Analizados los productos del mercado y elegida la textura.
Nos ponemos frente al espejo y analizamos nuestro óvalo facial.
En los rostros alargados, es recomendable aplicar un ligero rubor en la manzana de la mejilla y alargarlo ligeramente hacia la oreja, así romperá el efecto de verticalidad del rostro.
En óvalos redondos aplica el producto en forma diagonal, empieza por poner el producto justo debajo del hueso del pómulo y difumina de forma ascendente llegando a la sien. Hará que tu cara parezca más estrecha.
Si tu frente tiende a ser más ancha en proporción a la mandíbula, tu forma sería de triángulo invertido, aquí el colorete lo vamos a aplicar lo más alto posible, sin invadir la ojera, para dar oscuridad a la mitad superior del rostro, y el efecto sea proporcionado.
Los rostros cuadrados o rectangulares,utilizarán un colorete clásico bajo, justo debajo del hueso del pómulo, difuminando hacia la oreja, hará que rompa con la sensación cuadrada.
Para finalizar y dar el toque personal que te hará diferente, termina aplicando luminosidad, justo encima del colorete, con una sombra marfil. Pon muy poco producto en una brocha de pelo natural, e integra ésta con el color elegido para tus mejillas (no invadas demasiado el colorete o te quedas sin el).
vistiendodelarenta.
Imágenes: M.A.C, Max Factor, Benefit, Giorgo Armani, L´oreal,
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